Aldous Huxley animó a Krishnamurti a que escribiera estos comentarios sobre la vida, que consisten en una serie de diálogos con seres humanos ordinarios. Estos encuentros, que tuvieron lugar en diferentes parajes de la India, Europa y América, son a la vez intensos y clarificadores. En ellos, la aguda inteligencia de Krishnamurti investiga y desvela los comportamientos del “yo”, y nos ayuda a restablecer la antigua certeza de que los seres humanos son capaces de completarse a sí mismos, no a través de ningún agente externo o de la fe, sino prestando la debida atención y sabiendo escuchar.